Esta mañana en Madrid, en el archiconocido espacio multidisciplinar HUB, en la Calle Gobernador, 26, una exposición de muebles y lámparas realizados con objetos varios y cajas de madera de fruta, que antes tirábamos con alegría a los contenedores de basura, hoy llenos hasta los topes.
Reciclaje. Hace ya varios años que éste movimiento ha dejado de ser tendencia para convertirse en una realidad palpable. El cambio, no obstante, se resiste y hoy todavía muchos se sorprenden al darse cuenta de que tenemos al alcance de la mano y la imaginación la posibilidad de convertir nuestra casa u oficina en un espacio personal, adaptado a nuestras necesidades y gustos. Ya nada es lo que era y esto debe trasladarse a nuestro día a día, pero de un modo positivo e intentando buscar otro futuro distinto al que nos habían vendido. No necesitamos comprar más de lo necesario y estamos obligados a pensar en transformar aquello que antes desechábamos sin más en algo útil. Todo esto implica un cambio de mentalidad, que aunque cada vez está más cerca, aún no ha llegado a la mayoría de los españoles, para los que la basura, todavía sigue siendo sólo eso, basura.
El "todo vale" que este movimiento lleva implícito nos hace dejar atrás ese pensamiento tan español de que si no pagamos una pasta por algo, no tiene valor. Y, ¿hay que algo que tenga más valor que un objeto creado por nosotros mismos? ¿Hay algo mejor que sentarse en una silla hecha por tu padre o saber que para poder poner tus libros en una estantería sólo tienes que salir a la calle y buscar un callejón detrás del supermercado? Este tipo de exposiciones, no sirven solo para aquellos que quieran ahorrarse tiempo e ideas, también es útil para que nuestra imaginación vuele y nos sintamos con el poder de darle un nuevo uso a un objeto pasado de moda, viejo u obsoleto que tenemos arrinconado en casa.